
El cuadro, pertenecía a Petter Olsen, cuyo padre fue amigo, vecino y empleador de Munch. Una de las cuatro versiones de “El grito” de Edvard Munch que quedaba en manos privadas se vendió con el precio final de, 119,9 millones de dólares, cifra récord que supera los 106,5 millones de Desnudo, hojas verdes y busto de Picasso, el máximo histórico alcanzado hasta ahora por un cuadro en una subasta.
Se asegura que la obra del pintor noruego (1863-1944) "define la modernidad y es una de las pocas imágenes que trascienden la historia del arte y que tienen un alcance global, quizás sólo detrás de La Mona Lisa".
La obra de Munch batió así el récord histórico de 106,5 millones de dólares que ostentaba desde 2010 un cuadro de Picasso, Desnudo, hojas verdes y busto, durante una velada en la que tras colocarse de momento veinte de los 72 lotes previstos Sotheby's llevaba recaudados unos 232 millones de dólares.
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